Fuente: http://www.elmundo.es/vida-sana/2015/11/16/5643957c268e3ef9378b45a7.html
¿Imagina poder tratar cualquier patología como migrañas, ansiedad,
estreñimiento, problemas de fertilidad, cólicos, mareos o asma a través
de un relajante masaje de pies? Eso es precisamente lo que propone la
reflexología podal. Esta terapia se basa en la creencia de que en las más de 7.000 terminaciones nerviosas de nuestros pies se encuentra reflejado todo el organismo. La
cabeza en el dedo gordo, el intestino alrededor de la mitad de la
planta, los genitales en el talón, los pulmones en la parte superior de
la planta... Manipulando de forma correcta éstos y otros puntos se
estimula, mediante el reflejo, el órgano que le corresponde.
De esta
forma, los pies se convierten en una suerte de 'mando a distancia' desde
el que poder acceder a cualquier parte del cuerpo.
"Durante una
sesión de reflexología se aplican pequeñas digito-presiones recorriendo
absolutamente toda la planta, el dorso, el borde externo e interno de
ambos pies", explica Isabel Pérez Broncano, directora de Ranvvai,
escuela de reflexologías y centro de terapias naturales (Gaztambide, 21.
Madrid). Si masajeamos ciertas zonas, estaremos equilibrando,
estimulando y tonificando distintos órganos y glándulas del cuerpo,
devolviendo así el estado de salud al organismo.
A través del masaje se puede tratar cualquier patología relacionada con la cabeza y el tronco. "Da igual que estemos ante un problema fisiológico, psicológico, emocional o un desajuste energético", afirma
la terapeuta. "Los pies son una réplica perfecta de todo nuestro ser".
Esto es así porque el tratamiento se realiza teniendo en cuenta los
cinco elementos de la medicina tradicional china: agua, madera, fuego,
tierra y metal. «Cada elemento representa unos órganos y unas
características psicológicas, emocionales, energéticas y espirituales
asociadas», afirma Pérez. ¿Un ejemplo? El metal se relaciona con el
pulmón y el intestino grueso, y un bloqueo de dicho elemento -que se
manifiesta a través de un estreñimiento, por ejemplo- es señal de que
estamos ante una persona apegada que necesita deshacerse de aquello a lo
que se siente unida para limpiar su organismo y que éste recupere su
equilibrio y bienestar.
Esta terapia es apropiada para todas las personas y para aliviar cualquier patología.
"En mi caso he tratado todo tipo de pacientes, desde bebés para
ayudarles con cólicos del lactante o problemas de dentición a personas
terminales a las que les he podido dar calidad de vida", rememora la
terapeuta. "Es apropiado tanto como medicina preventiva como para tratar
un problema ya existente". El número de sesiones necesarias dependerá
de la dolencia que se quiera tratar. "Con una sesión basta para saber que relaja y que vas a querer repetir. Ahora
bien, hay personas que vienen con un problema agudo como una ciática y
en una sesión de una hora saldrán caminando pero hay problemas más
crónicos que van a requerir un tratamiento más largo. Hay personas a las
que trato semanalmente desde hace 14 años porque tienen muy claro que
quieren hacer medicina preventiva".
El
estrés es la patología que impulsa a más personas a ponerse en manos de
un reflexólogo. Los efectos más inmediatos a una sesión de reflexología
son la relajación, reducción de estrés, mejora de la circulación así
como la estimulación del sistema inmunológico. Además, muchas personas a las que la medicina tradicional ha dado la espalda encuentran alivio en esta terapia.
Es el caso de Amparo Romagosa, una maestra madrileña de 37 años que
hace tres sufrió una fuerte crisis y se sentía incapaz de levantarse de
la cama. «Los médicos me hicieron todo tipo de pruebas y me mandaban a
casa. Decían que no me pasaba nada, que estaba muy sana. Lo cierto es
que yo no podía ni hablar», recuerda. En esos tiempo difíciles leyó todo
lo que pudo para poner solución a su problema. «Llegó a mis manos un
artículo sobre la reflexología podal, todo lo que decía tenía sentido
para mí así que no dudé en pedir cita». Tras unas sesiones con Pérez
Broncano descubrieron que su problema era energético.
«Con la
reflexología entendí que las emociones van mucho más allá y que si sabes
gestionarlas la enfermedad no existe», afirma.
El espejo del alma
El mapa del cuerpo humano no sólo está escrito en los pies. Al igual que con la reflexología podal, existe una correlación entre las manos y el rostro con otras zonas del cuerpo.
En la cara hay más de 1.200 terminaciones nerviosas. La
reflexología facial puede ayudar a mejorar o curar trastornos como
insomnio, ansiedad, depresión, estrés, nerviosismo, dificultades de
adaptación, hipertensión e hipotensión, taquicardias, vértigos,
cefaleas, problemas digestivos, colon irritable, estreñimiento,
deficiencias respiratorias y dificultades de visión, entre otras.
El punto de partida es el mismo que en la reflexología podal: existe una correlación entre el rostro y la cabeza con otras partes del cuerpo; lo mismo ocurre con las manos.
Estas áreas están interconectadas a través del sistema nervioso y, en
la tradición oriental, se cree que también están unidas a través del
flujo de energía o 'qì'. Si se interrumpe este libre flujo en el cuerpo
es cuando se originan los trastornos físicos y psicológicos.
Para ubicarlos, existe también un mapa de reflexología facial:
en la zona de la barbilla, por ejemplo, se refleja el sistema hormonal.
"Mediante la digito-presión podemos ayudar a reequilibrar problemas
hormonales, aliviar menstruaciones irregulares o dolorosas y tratar
problemas de fertilidad", explica la terapeuta. Unas ojeras muy marcadas son síntoma de una disminución de la energía vital de la persona y de un problema de riñón, mientras
que gran parte de la frente está ligada al intestino delgado. Además,
la reflexología facial es un potente tratamiento antiedad: mejora el
aspecto del rostro, aumenta la luminosidad y relaja los rasgos.
Con las manos ocurre lo mismo, el cuello se vislumbra en la falange media del dedo meñique,
mientras que mediante la estimulación de ciertos puntos de las palmas
podemos aliviar dolencias en el colon, los pulmones, la glándula
tiroides o el intestino.
No menosprecie el poder de un masaje. Como mínimo, saldrá relajado...
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